El piano: notas y vivencias (Charles Rosen)

Charles Rosen publicó en 2002 el libro "El piano: notas y vivencias". Es éste un libro escrito en un estilo ameno, coloquial, lleno de anécdotas, de experiencias personales del autor y de interesantes puntos de vista en temas controvertidos.

Sorprende (hasta cierto punto) una afirmación nada más comenzar el libro:

"Esta variedad (tamaño y constitución de cada mano, posición al tocar, etc.) es el motivo de que casi todos los libros sobre cómo tocar el piano sean absurdos, y de que cualquier sistema dogmático de enseñar la técnica sea pernicioso."

Quizá alguien pueda tachar esta opinión de extremista pero Rosen argumenta comparando las manos de diversos pianistas, la pequeña mano de Josef Hoffman, la enorme de Rachmaninov o Richter, los dedos largos de Horowitz o los regordetes de R. Casadesus que no podía apenas "encajarlos entre las teclas negras". Por consiguiente, cada uno tenía su propia técnica a la hora de abordar los problemas de interpretación.

Todo esto nos hace plantearnos diversas cuestiones: ¿Existe una técnica universal y válida para todo pianista? ¿Hay que enseñar a todos los alumnos de la misma manera?

Siguiendo la estela del contenido del libro, en el capítulo dos, titulado "Escuchar el sonido del piano", Rosen comienza hablando de una obviedad en la que quizá no nos paramos a pensar demasiado: "Los pianistas son quizá los únicos músicos que no tienen que escuchar lo que están haciendo". La mayoría de instrumentistas han de estar pendientes durante la ejecución de la afinación, sin embargo, los pianistas ya tenemos el piano afinado. Sólo hay que bajar las teclas. Y a partir de aquí Rosen diserta sobre las formas de estudio, la concentración, la escucha, la técnica, la polifonía, los acordes, la melodía... con abundantes ejemplos.

El capítulo tres se titula "El instrumento y sus quejas", todo un recorrido sobre los problemas mecánicos del instrumento y el desgaste de éste a lo largo del tiempo. 

Muy interesante es el capítulo que dedica a "Conservatorios y concursos". Rosen critica los sistemas de enseñanza y dice que el problema es inherente al sistema: un conservatorio ha de dar un "título", un diploma. El plan preconcebido de tener que terminar ciertas obras o dar un recital en un determinado tiempo puede ser contraproducente para un alumno en formación. Además, Rosen hace hincapié en el tema de la lectura a primera vista. ¿Cuántos alumnos han leído todas las sonatas de Beethoven? ¿Y de Schubert?, se pregunta. Considera que es esencial para un alumno conocer el repertorio como un básico caudal de conocimiento. Como ejemplo, leer todas las sonatas de Schubert, según Rosen, no lleva más de ocho horas.

En cuanto a los concursos no se muerde la lengua y cuenta, basándose en su experiencia personal como miembro de jurados, cómo se tiene en cuenta la nacionalidad del participante (si es nacido en el país donde se celebra el concurso), cómo hay "trueque" de votos, etc.

En el capítulo cinco, titulado "Conciertos" da un repaso a todo lo que este mundo conlleva: el público, los aplausos, el ego del intérprete, las obras...

Los últimos dos capítulos están dedicados a: "Grabaciones" y "Estilos y maneras".

La lectura de este libro, que además tiene una edición de bolsillo muy económica (Ed. Alianza), es totalmente recomendada. Las opiniones de Rosen le harán pararse a pensar en más de una ocasión y esbozar una sonrisa con alguna de la gran cantidad de anécdotas que comenta. Tuve la ocasión de conocer a Charles Rosen hace unos años al asistir a un curso que impartía sobre el clasicismo y es uno de esos personajes que no puedes dejar de admirar por la vasta cultura que poseen y por esa energía y lucidez que tienen a pesar de la edad (nació en 1927). De aquél curso conservo un ejemplar firmado de "El estilo clásico":


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