Carta de Arnorld Schöenberg a Gustav Mahler

Querido director:

No puedo expresarle cuán terrible es para mí tener que escribir una carta como ésta justamente a alguien como usted. Pero no tiene usted idea de todo lo que he hecho e intentado: lo posible y lo imposible, todo inútilmente. Me encuentro realmente en un gran aprieto: de otro modo, no habría podido dar este paso. Y el hecho de que me ofreciera su ayuda el año pasado, más bien me dificulta que me estimula a pedírsela.

Estoy sin dinero y tengo que pagar el alquiler. Sé que fui poco previsor al tomar un piso más grande cuando lo que ganaba era insuficiente. Pero hay muchas excusas para esto: la frustración de esperanzas tan cercanas a su realización que podía contarse con ellas, etc. Por ello me veo obligado a pedirle el préstamo de 300 ó 400 coronas. Ciertamente, podré devolvérselas el año próximo, cuando entre en el Conservatorio.

No tengo palabras para expresarle cuán desdichado me hace tener que enturbiar mi relación con usted de este modo. Y debo añadir que nunca lo haría hecho para mí mismo. Pero cuando se tiene mujer e hijos, la decisión ya no depende de uno mismo.

Le ruego que me conteste por telegrama si puede acceder a mi pedido. Y en el caso de que pueda acudir en mi ayuda, le ruego, si no es pedir demasiado, que me envíe el dinero por giro telegráfico o al menos por expreso.

Le pido ansiosamente que no se enfade. Todo lo que deseo es que su solicitud hacia mí no quede desfavorablemente influida por esto.

Espero una pronta respuesta y le saludo muy afectuosamente.

2 de agosto de 1910

Arnorld Schönberg


Publicado en Fuera de programa